La resistencia a los antibióticos es hoy una de las mayores amenazas para la salud mundial, la seguridad alimentaria y el desarrollo, y es la prevención  y la promoción  una de la mejores medidas para reducir este problema.

En estas últimas décadas los medicamentos antibióticos se han utilizado de forma tan indiscriminada y desmesurada, en el uso para humanos y  animales, que hoy en día, no hacen el efecto deseado en su lucha contra  las bacterias.

La medicina moderna se basa en gran medida en el apoyo y eficacia de los antibióticos, y que de forma alarmante cada vez son menos efectivos ante operaciones hospitalarias o trasplantes de órganos. A día de hoy, tratar infecciones por neumonía, tuberculosis o salmonelosis presentan   serios problemas para los pacientes;  estas infecciones  hace unos años se trataban de forma muy normalizada.

Actualmente las bacterias resistentes causan 25.000 muertes al año en Europa y generan un gasto sanitario adicional de unos 1.500 millones de euros.

Coincidiendo con el día Europeo para el Uso Prudente de los Antibióticos 2018, nuestra ministra de Sanidad  aportó  hace unas semanas una información interesante y esperanzadora.  Según datos estimados del PRAN, el consumo total en salud humana se redujo en España un 4,34 % entre 2016 y 2017. En el área veterinaria, el consumo de antibióticos ha registrado una reducción estimada en un 14 % entre 2014 y 2016.

Un buen dato, para uno de los países de la Unión Europea que más consume  antibióticos para uso animal.  Queda mucho por hacer y conseguir, pero  debemos de aplaudir  a todas las partes que han hecho posible estos resultados.

Son muchas las estrategias las que se deben llevar a cabo para reducir estos efectos, y es la prevención de adquirir enfermedades  una de las medidas básicas a tener en cuenta. Las posibilidades de adquirir una infección pueden ser elevadas si coincide que el sistema inmunitario de un individuo esté  debilitado.

Es primordial, que los ambientes donde habitamos  ya sea en el gimnasio, en la oficina  o en la academia  estén debidamente limpios  e higienizados,  tanto en sus superficies  como el aire que se respira.

A nivel individual debemos de adquirir el hábito de lavarnos las manos, varias veces al día  ya que  el 80% de las infecciones que adquirimos  a lo largo de nuestra vida son a través de ellas.

A nivel colectivo y desde la perspectiva de la responsabilidad social las organizaciones deben  apostar por la prevención como una de las medidas más económicas y eficientes para reducir riesgos de  enfermedades contagiosas, absentismos o pérdida de productividad.   La apuesta por  la higiene y limpieza de sus entornos e instalaciones  y desde un  enfoque  preventivo  en el que las actuaciones profesionales  de  limpieza se dirijan a reducir los riesgos de contraer enfermedades es una apuesta responsable e inteligente y que se convierte en una inversión para la salud de las personas.

Desde Abrilimp Soluciones Integrales, focalizamos nuestros procesos de trabajo de limpieza en la  protección de la salud de las personas a través del diseño de programas de trabajo que reduce los riesgos de contraer enfermedades. Ayudando a las entidades, interesadas  en promover y proteger la salud,  y bienestar de las personas,  a crear espacios más seguros y más sanos.