El  aseo es el espejo del grado de limpieza que se lIeva a cabo en un establecimiento.

En pleno verano y con estas agobiantes temperaturas, debemos extremar las precauciones en medidas de higiene cuando hacemos uso de los aseos públicos. Una falta de higiene en estos espacios facilita el contagio de enfermedades, producidas por bacterias y gérmenes, en esta época es muy común que la gastroenteritis aparezca.

Tan cierto es que el aseo es el espejo del grado de limpieza que se lIeva a cabo en un establecimiento como que una adecuada higiene elimina en un 30% el contagio de enfermedades causadas por patógenos. Por ello, me resulta interesante compartir algunos aspectos a tener en cuenta cuando hagamos uso de los aseos públicos.

Cada vez que se tira de la cisterna del WC, se produce el ‘efecto estornudo‘, esto quiere decir, que se rompe la capa invisible de biofilm y se propagan miles de gérmenes que salen del inodoro a la atmósfera. Esos gérmenes pueden ser inhalados y permanecen en el aire, en el asiento del retrete, en la cisterna,  en  el suelo en el pomo de la puerta o en el rollo de papel. Para evitarlo, la mejor medida preventiva, tirar de la cisterna y retirarse del campo de acción a la mayor brevedad posible.

Otra cuestión muy importante es la higiene de las manos ya que no sólo es una poderosa arma contra la propagación de infecciones comunes, sino que también actúa contra otras de tipo diarreico, generadas por enterobacterias, y contra las infecciones alimentarias tóxicas en general.

Está demostrado que el método de secado es tan importante como el método de lavado de manos en la reducción del número de bacterias en las manos y reducción al mínimo del riesgo de la transferencia de estos organismos.

Para el secado de manos, y en caso de los secadores eléctricos de aire, se ha demostrado que dispersa patógenos, liberándolos a distancias de hasta dos metros con su chorro de aire contaminado, por lo general estos no disponen de un adecuado mantenimiento de sus filtros, por lo que la acumulación de suciedad en la salida del difusor es tremenda. Impregnando nuestras manos de contaminantes.

Científicos de la Universidad de Westminster llegaron a estas conclusiones en un estudio en el que comparó el número de bacterias en las manos de los sujetos antes y después del lavado y posterior al  secado, en un baño público, usando toallas de papel, un tradicional secador de aire caliente o un secador jet air.

Los investigadores descubrieron que: después de lavarse y secarse las manos con el secador de aire caliente, se observó que el número total de bacterias aumentó, en promedio, en las yemas en un 194% y en las palmas en un 254%; tras lavarse y secarse de las manos con el secador jet air, se observó un incremento en el promedio total de bacterias en las yemas en un 42% y en las palmas en un 15%; después de lavarse y secarse las manos con una toalla de papel, el número total de bacterias disminuyó en la yemas de los dedos entre un 51% y 76%, y en las palmas de entre un 48% y 77%.

Esto significa que con cualquier tipo de papel asegura una reducción considerable en el número de bacterias, mientras que los secadores de aire, las aumentan.

Y recuerda antes de lavarte las manos, puedes abrir la puerta, para evitar que toques el pomo una vez limpias, o utilizar el papel como escudo para tocar el pomo; ya que este es un punto negro de posibles contagios. Espero que estos consejos os sirvan de ayuda.

Jesús Fernández Becerra
CEO de Abrilimp Soluciones Integrales
Málaga- España